a claro que los valores y la filosofía que se aprenden en nuestro deporte nada tienen que ver con lo ocurrido este verano, pero también es cierto que, en realidad, ningún deporte tiene similitud alguna con semejante salvajismo. Y ocurre que, además, el rugby confiere a sus jugadores dos o tres características que son muy buenas para el juego en sí mismo e incluso para la vida de relación fuera de la cancha, pero que pueden tornarse peligrosas si no son empleadas adecuadamente. Es que, en general, y sobretodo los que juegan en algunos puestos, el jugador de rugby es más fuerte que la media, y el valiosísimo mensaje de que el grupo está por encima de todo y de que todo se hace en equipo, son cualidades que en ciertas circunstancias, fuera de la cancha y fuera del club, acompañadas de alcohol y/o drogas o no, pueden tornarse perniciosas. Por eso creo que esta tragedia, más que servir para enviar mensajes de lo grandiosos que somos, enfrentando a la "familia" del rugby con el resto de la sociedad o con la prensa; tiene que ser tomado como un severo llamado de atención para jugadores, entrenadores, dirigentes y padres y ser utilizado para redoblar los esfuerzos para que estas cosas no sucedan más con jugadores de rugby como protagonistas. Si nosotros nos llenamos la boca hablando lo bueno que es el rugby como formativo, esto no puede pasar y dado que pasó, nos tenemos que bancar que todos los de afuera señalen que son rugbiers y ponernos a trabajar para que no pase más. ( No es mío, pero es lo mejor que leí respecto a este tema)
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